El director del Planetario de la Universidad de La Plata desbarata con argumentos la extraña teoría. “Todo lo que tiene que ver con las conspiraciones genera cierta seducción en una parte de la población”, asegura.
Por Luciana Mateo
Corresponsal en La Plata
Hace pocos años comenzó a hacerse notar el denominado ‘movimiento terraplanista’, un grupo heterogéneo de personas que sostiene, básicamente, que la Tierra es plana, que está quieta y que hay una conspiración mundial para ocultarlo.
La corriente que cuestiona a la NASA y a toda la comunidad científica –y que, aunque pequeña, va ganando cada vez más adeptos gracias a las redes sociales- tuvo días atrás su primer encuentro argentino, más precisamente en la localidad bonaerense de Colón.
Diego Bagú es licenciado en Astronomía, dirige el Planetario de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y, obviamente, está en contra de estas ideas que carecen de todo rigor científico.
“El día que estos buenos muchachos nos expliquen la física que hay en sus modelos –no que me digan ‘el sol se mueve así’- y que sus modelos no contradigan a la naturaleza, ahí me tendrán sentado, listo para debatir. Si no, no”, dijo Bagú a LA CAPITAL. Y consideró que el hecho de que el movimiento tenga seguidores -aún en esta era- se explica en que “todo lo que tiene que ver con las conspiraciones genera cierta seducción en una parte de la población”.
En esta entrevista, el astrónomo se refirió además a los riesgos que acarrea a nivel educativo y social la difusión de estas teorías y auguró: “Esto se termina en 15 años cuando nuestros hijos y nietos vuelen a la órbita baja terrestre de la misma manera en que hoy nosotros volamos en avión”.
-¿Cuáles serían los riesgos de propagar el terraplanismo?
-Desde lo astronómico no hay ningún peligro pero me preocupa cómo estamos educando a las nuevas generaciones. Yo me dedico a la educación desde hace muchos años y cuando uno educa lo hace desde ciertos parámetros consensuados a nivel mundial; esos parámetros son la rigurosidad, la observación, el contrastar con la naturaleza. Cuando educamos tiene que quedar en claro que no vale todo lo mismo. Acá hay cuestiones que quiero aclarar: no se trata de negarle la voz a nadie, todo el mundo tiene derecho a opinar sobre lo que quiera, pero estamos diciendo: ‘Sopesemos y tengamos un espíritu crítico de las opiniones’. Yo puedo opinar sin ningún problema sobre submarinos nucleares pero si toman como válida mi opinión de la misma manera que la de un técnico de la marina –la mía, que no sé absolutamente nada sobre el tema-, me parece que le estamos errando.
-¿Por qué cree que estas teorías generan adeptos?
-Todo lo que tiene que ver con las conspiraciones genera cierta seducción en una parte de la población. No niego que esto me preocupe, pero igualmente son muy pocos comparados con toda la sociedad. Me preocuparía que el 25% de la gente le creyera a estos muchachos. ¿Por qué se origina? creo que hay una cuota de querer tener vidriera, de ser referente en algo, me da la sensación de que algunos le encontraron la veta y la están aprovechando bien. Además hoy las redes sociales te permiten tener un alcance mundial.
-Ellos aseguran que ustedes, los astrónomos, no aceptan el debate público, ¿qué dice sobre esto?
-El día que estos buenos muchachos nos expliquen la física que hay en sus modelos –no que me digan ‘el sol se mueve así’- y que sus modelos no contradigan a la naturaleza, ahí me tendrán sentado, listo para debatir. Si no, no. Porque ellos dicen que el Sol gira arriba de la Tierra, y punto. Qué es lo que lo mueve, por qué, cuándo… eso no lo explican. Aparte sé que vamos a estar 1, 2, 3, 4 horas para el show mediático y no vamos a sacar nada en limpio. Yo puedo estar 5 horas brindando datos, explicaciones y observaciones y no va a haber manera de cambiarles la opinión.
-¿Quién descubrió que la Tierra es esférica?
-Uno de los primeros registros que se tienen es que quien pensó que la Tierra era similar a una esfera –y que además le calculó el tamaño y le erró por muy poco- fue Eratóstenes, en la Antigua Mesopotamia, en el año 200 antes de Cristo, es decir hace 2.200 años. Y acá quiero agregar algo: los terraplanistas abogan también continuamente la teoría de la conspiración y hacen foco en la NASA. Según sus argumentos, se trataría de una confabulación de 2.200 años de historia en la que participaron todos los pueblos del mundo –norteamericanos, soviéticos, chinos- y todos los profesionales del mundo, entre ellos astrónomos, físicos, ingenieros, químicos, geólogos, geofísicos, agrimensores, marinos y aviadores. Sería una confabulación medio rara.
-Uno de los argumentos que usan los terraplanistas es que el horizonte se ve siempre plano y que el agua no se curva…
-Insisto con esto: muchos países del mundo lanzan satélites al espacio, los astronautas viajan al espacio, hay tantas pruebas para corroborar la esfericidad… Yo les digo que no se preocupen por el debate de la Tierra plana: esto se termina en 15 años cuando nuestros hijos y nietos vuelen a la órbita baja terrestre de la misma manera en que hoy nosotros volamos en avión. El turismo espacial es un área que está creciendo mucho. Dentro de un tiempo vamos a poder pagar un dinero –que durante los primeros años va a ser mucho, obviamente- para hacer vuelos espaciales como forma de turismo. Estos van a hacer lo que se denomina un tiro parabólico: va a despegar un cohete y alcanzar los 100 kilómetros de altura, va a hacer un arco por arriba de la atmósfera terrestre y va a descender muy cerca de donde despegó. En la parte de arriba de la trayectoria, las personas van a tener unos 5 o 6 minutos de ingravidez, es decir que van a flotar, lo mismo que le pasa a los astronautas en el espacio, y van a ver la Tierra desde arriba. Imaginate ese espectáculo.